Guardar o tirar- Parte 1

La mujer detrás de la mesa de la tienda miraba fijamente al vampiro que le había dado el pequeño frasco de rocío para que se lo aplicara. Una de sus manos estaba apretada en un puño y su mandíbula estaba firmemente cerrada, casi rechinando uno contra el otro por cómo todo se había vuelto en su contra.

Había planeado incriminar a estas dos chicas que habían afirmado que ella vendía piedras falsas y después de incriminarlas, habría vendido las piedras de encanto al doble de precio explicando cómo saber cuándo una bruja estaba cerca y su vida estaba amenazada. Sin embargo, aquí estaba, sosteniendo el rocío mientras todos esperaban que se lo aplicara.

Viendo la falta de motivación y entusiasmo, Damien bostezó fuerte —¿Vas a hacerlo o quieres que te obligue a hacerlo? ¿Cuál va a ser? —preguntó Damien a la mujer sin voltear a mirarla.