Penny regresó a la habitación con Damien, la noche estaba más fría que los otros días y Damien cerró las puertas del patio y luego las ventanas para que el aire no entrara en la habitación. Penny, por otro lado, fue a agregar más madera a la chimenea que ya estaba encendida y colocó sus manos frente al fuego con las palmas abiertas. Ahora se sentía feliz, aunque triste por la manera en que había encontrado a su padre.
Su madre, no sabía si podía seguir llamando madre a esa mujer. La mujer había cruzado todos los límites cuando se trataba de ser puramente malvada. Matar a la persona que tanto la amaba con todo su corazón, poniendo su vida por delante para protegerla, ese tipo de mujer no valía la pena proteger.
Le hacía preguntarse si su padre había seguido amando a la mujer que él pensaba que era incluso después de la revelación.