Al día siguiente, Fu Hua ya había contactado un entrenador de yoga y un dietista/chef para Jia Li. Ese mismo día, llegaron a la casa Fu para reunirse con ella.
Desde ese día en adelante, trabajarían con ella todos los días hasta que diese a luz a sus hijos.
Fu Hua ya había hablado con su madre, Fu Hee. Siendo la señora de la familia y como suegra de Jia Li, tenía que estar al tanto de dichos arreglos.
Fu Hee estuvo de acuerdo e incluso se culpó a sí misma por no haber pensado de tal manera siendo mujer.
Después de tener una breve conversación con las dos mujeres, a Jia Li le cayeron bien y se lo dijo a Fu Hua, y procedieron a firmar el contrato.
Su dietista personal tenía que pasar todo el día en la casa Fu, y solo regresaba a su casa por la noche después de preparar la cena de Jia Li.