Una buena paliza

Lanying sonrió y dijo con los brazos cruzados:

—Parece que estás muy ociosa desde que te casaste. ¿No tienes cosas mejores que hacer?

Meixu soltó una carcajada ante su respuesta. No parecía sorprendida por sus modales porque FangSu ya le había advertido, así que decidió ir a comprobar las cosas por sí misma.

—¡Solo te estás comportando como me dijeron, realmente ya no tienes miedo!

'FangSu'. Ese fue el nombre que vino a la mente de Lanying cuando Meixu dijo eso sobre ella.

—¿De qué debo tener miedo? No te tengo miedo a ti, y si estás descontenta con eso y quieres golpearme, adelante, pero solo ten en cuenta que voy a armar un gran escándalo porque viniste buscando problemas.

A Meixu no le afectaron sus palabras. Estaba molesta, pero no era obvio ya que estaba acostumbrada a lidiar con muchas personas como ella, y peores que ella.

—¿En casa de quién vas a quedarte para armar un gran escándalo? ¿En esta casa, mi casa?

Lanying soltó una carcajada de ira y replicó: