Esta repentina confesión fue un shock para todos los que la escucharon.
Al principio, todos creían que era una broma, pero al ver cómo Fu Juan, seria y desamparada, seguía diciendo las mismas palabras una y otra vez, no pudieron evitar asombrarse.
—¿Qué quieres decir con eso?! ¿Cómo es que Lanying es tu hija biológica? —preguntó Fu Geming con los dedos apuntándole.
Fu Juan, quien estaba tendida en el suelo, se arrodilló de nuevo y dijo:
—Lanying es en realidad mi hija, la dejé en el orfanato para que la criaran en cuanto la di a luz en los estados. Es una larga historia...
Nadie volvió a decir una palabra, aún estaban shockeados por esa revelación. Los hermanos Fu intercambiaron miradas antes de volver su atención al anciano para ver si tenía algo que decir sobre este nuevo desarrollo, pero él no lo hizo.
Nadie podía discernir las fugaces emociones y pensamientos que experimentaba el anciano.