Su gemido hizo algo en Fu Hua. Envió un mensaje a su cerebro y lo emocionó más. Y en esa excitación, continuó jugando con sus pezones.
Usó su lengua para asaltarla. La chupó, la frotó y la lamió con su lengua. Hizo esto mientras movía lentamente su mano desde su barriga de bebé hasta el lugar entre sus piernas.
Sus dos dedos frotaron su entrada, haciéndola arquear la espalda y soltar un gemido increíble. Estaba tan excitada porque lo que él le estaba haciendo, estaba funcionando.
Después de jugar con su entrada, movió su dedo a sus clítoris para frotarlos, mientras chupaba fuerte sus pezones.
La sensación que sintió, hizo hervir su sangre, y no pudo evitar perder el control y patear sus piernas en el agua.
Continuó gimiendo su nombre hasta que él movió sus labios de su pezón a sus labios y engulló su gemido.