Capítulo 5

A la mañana siguiente, Fu Ling se vistió temprano, antes de caminar por el pasillo hacia la habitación de su primo.

Sabía que Fu Hua lo regañaría por venir a tocar su puerta a esa hora, pero tenía una necesidad más urgente de la cual preocuparse, que ser regañado un poco y que solo duraría unos momentos, no importaba.

Fu Hua estaba llenando de besos matinales todo el rostro y pecho de Jia Li, y Jia Li se reía en voz alta cuando Fu Ling tocó en su puerta.

—Eso no suena como un golpe de niño —dijo Jia Li mientras empujaba a Fu Hua fuera de la cama. Ambos estaban casi completamente vestidos, excepto que a Fu Hua todavía le faltaba terminar de abotonarse la camisa y hacerse el nudo de la corbata.

Fu Hua gruñó y caminó hacia la puerta para abrirla. Al ver a Fu Ling parado allí con un poco de vacilación en su rostro, frunció el ceño.

—¿Sí? —preguntó Fu Hua, lo que significaba en pleno, '¿qué haces aquí o en qué puedo ayudarte?'.