Al día siguiente, Jin Liwei no tenía clases pero aun así se mantuvo ocupado pasando toda la mañana en la biblioteca más vacía del campus para trabajar en sus asignaciones en paz. Estaba muy absorto en lo que estaba haciendo cuando se dio cuenta de que le faltaba uno de los libros de su lista de lecturas obligatorias.
Suspirando, consultó al bibliotecario antes de dirigirse a los pisos superiores en busca del único libro de texto que le faltaba. Había un distintivo olor viejo y rancio en esta parte de la biblioteca debido a la falta de circulación de aire. Aunque no le importaba, de hecho, se sentía reconfortado por él.
Pensó que sería el único aquí hoy, pero se sorprendió al escuchar la presencia de otra persona. Alguien cantaba con una voz ligera en el último piso. Él estaba un piso abajo. Frunciendo el ceño en desaprobación, subió las escaleras para reprender a quien tuviera la osadía de interrumpir el pacífico silencio. ¡Esto era una biblioteca, no un maldito bar de karaoke!