Adiós, Quinto Hermano

—Bien. Entonces Evelinka —dijo finalmente Jin Liwei—. No quería molestarse pensando demasiado en las misteriosas y confusas palabras de Lu Zihao. Soy el hombre al que Evelinka ama. Soy su amante, pronto seré su esposo oficial, y el padre de sus hijos. Ella y yo somos uno ahora. Quien me hiere también la hiere a ella y viceversa.

—¿Me estás alardeando? —preguntó Lu Zihao.

Jin Liwei dio una sonrisa que no llegó a sus ojos, los cuales permanecían serios. —Por supuesto que te estoy alardeando. Pero también estoy exponiendo un hecho.

Lu Zihao hizo un sonido bajo en su garganta, pero no quedó claro si era un reconocimiento a lo que Jin Liwei decía o un rechazo. A Jin Liwei, sin embargo, no le importaba cuál fuera. Después de lo ocurrido hoy, ya no quería importarle mucho lo que su quinto hermano—no, lo que Lu Zihao pensara.