La señora Vetrova volvió sus fríos ojos hacia Evelina a continuación. —Tú, joven, también eres miembro de la familia Vetrov. Después de que termines tus estudios en la Academia Cross, espero que también comiences a contribuir a nuestra organización como todos nosotros.
Evelina no respondió. Su expresión no cambió, pero su mirada caída indicaba su desacuerdo. Cuando sus recuerdos llegaron a este punto, Evelina, ahora Iris, volvió al presente y pensó en lo que Ketchup había descubierto hoy.
Según lo que sabía de su hermano, nunca le había importado las mujeres con las que se acostaba antes. Eran simplemente parejas sexuales convenientes para satisfacer sus necesidades primarias. Por eso no podía creer el informe de Ketchup al principio.