—¿Todavía estás enojado conmigo? —tiró de su mano Iris.
—No —le dio una sonrisa suave él.
—Lo siento.
—Lo sé, amor. No te preocupes más por eso —Él echó un vistazo a las fotos esparcidas sobre la mesa—. ¿Puedo quedarme con estas?
Ella no respondió enseguida y lo pensó unos momentos. —Está bien. De todos modos las imprimí para ti. Pero no se las muestres a otros, especialmente la foto de mí con mi hermano. No mucha gente fuera de los Vetrovs podría saber acerca de mi existencia, pero Gran Hermano Nikolai era —todavía es quizás el Vetrov más conocido hoy en día debido a su poderoso carisma.
—En.