Lanzar perlas a los cerdos.

En la sección de novias de la tienda,

Dos empleadas estaban ocupadas mostrando a Wen Sying los diseños y patrones que tenían en los catálogos, pero los ojos de Wen Sying estaban ocupados, mirando a Li Xue, quien estaba sentada a cierta distancia charlando alegremente con Feng Yi Lan.

Nada en el aire parecía fuera de lugar, pero aun así, algo dentro de Wen Sying le advertía mantener bien alta su guardia.

—Señora, ¿le gusta algo de esto? —preguntó la empleada cuando llegaron a la última página de otro catálogo. Ambas, luciendo casi cansadas de la mujer que se había vuelto caprichosa sin sentido.