Un hábil alfarero en casa.

—¡Perfecto! Mantén tus manos suaves y sigue el movimiento de las mías —dijo la madre mientras guiaba despacio a su pequeña para entender el arte de la vida que era importante para moldear su futuro y comprensión.

Las manos de la pequeña Li Wei se movían junto con las de su madre mientras juntas movían la rueda para dar forma al jarrón que estaban haciendo. Aunque Li Xue no podía ver la expresión de su hija en ese momento, podía imaginar lo adorablemente concentrada que debía estar viéndola de frente.

—WeiWei, ¿sabes?, esta rueda de alfarero es como el ciclo de la vida que sigue girando y moviéndose para hacer lo que somos en realidad. Similar a la etapa donde tenemos que hacer muchas cosas... tener que probarnos a nosotros mismos, no a los demás sino a nosotros —ella dijo mientras tomaba una mano de la niña para alcanzar la rueda y darle un poco más de velocidad en su movimiento.