La expresión de Feng Shufen cambió drásticamente al mirar el texto que sonaba en su teléfono. Sus rasgos se tensaron mientras una ola de sed de sangre se alzaba en sus ojos como si estuviera listo para salir a una misión de matanza mortal.
Al ver su expresión cambiar tan repentinamente y de manera severa, incluso Li Xue se sobresaltó. Jamás le había permitido ver ni siquiera una línea de enojo en su frente, solo una ligera oscuridad de desaprobación era suficiente para que ella la notara. Pero hoy era diferente.
Primero, el beso en el estacionamiento, luego su expresión seria al discutir asuntos con Gao Fan, el comportamiento extrañamente raro del Director Qi en el hospital y, por último, pero no menos importante, los cambios de humor del diablo en casa. Definitivamente había algo extraño de lo que ella desconocía.