Hija del Joven Maestro.

—Yo-Yo solo estaba haciendo mi trabajo para el cual estoy aquí. No hay nada de malo en eso —tartamudeó. Era la primera vez que se ponía nerviosa frente a la niña. Pero con el aire y la severidad que la niña llevaba delante de ella, no pudo evitar sentirse así.

—Mamá dice que un trabajo que nos hace hacer cosas malas también está mal. ¿No has aprendido lo mismo? —las expresiones de Pequeña Li Wei no cambiaron, en cambio sus ojos se volvieron más fríos que antes, mientras sus manos seguían acariciando al pequeño amigo que tenía en sus brazos.

—Yo … Yo estaba … —era vergonzoso. Por mucho que lo intentara bajo la mirada estricta de la niña, Wu Jiaqi no encontraba la fuerza para replicar. Vio algo en sus ojos grises que parecía intimidante por herencia.