—Hermana Xue, ¿qué hacemos con esta caja? No tiene nombre y ¿y si hay algún explosivo dentro? —preguntó Xiao Meng, mirando la caja un poco suspicaz y preocupada, dándole la vuelta por todos lados para comprobar qué había dentro.
Li Xue no tenía pensamientos diferentes, pero la idea de explosivos le parecía demasiado extrema. Nunca podría imaginar que Wen Sying sería capaz de conseguir algo así.
Aunque tener subordinados a través de los cuales podría instigar sus planes en contra de ella era una cosa, planear algo grande como colocar y enviar explosivos era totalmente distinto. Algo que no estaba a su alcance. Y Li Xue sabía que Wen Sying nunca tendría el valor de hacer algo así.