Mientras Li Xue estaba ella misma muy insegura de lo que estaba pasando cuando su teléfono pitó con un mensaje de texto. Sacando el teléfono de su bolso de mano, fue a revisar el mensaje solo para encontrar que venía de Feng Yi Lan.
—Chica, he escuchado que mi Diablo Hermano te consiguió la famosa pieza de Elvis. Sería un desperdicio si no tiene una entrada adecuada. Entonces, un pequeño arreglo de mi parte. Vamos, y arranca toda la felicidad de esa bruja Sying. Estoy segura de que en su gran día, cada par de ojos solo estará mirándote a ti —leyendo el mensaje, Li Xue no sabía si reír o llorar. Su Fai, que estaba de pie al lado también, echó un vistazo al mensaje y no pudo evitar sacudir la cabeza.
—Entonces este era su plan. Debe gustarle la obra maestra de su cerebro. De todos modos, ya que está así, no lo demoremos. Hagámoslo exitoso. Vamos a entrar primero. Encenderé la linterna. Dame tu teléfono —dijo antes de tomar el teléfono en su mano y mostrar el camino dentro del lugar.