Mantengamos bien nuestra guardia.

Los ojos de Wen Sying se volvieron mordaces hacia Li Xue, pero ¿quién le dio la confianza para pensar que con la agudeza de su mirada podría desconcertar a Li Xue? ¿Cómo olvidó que en aquellos tiempos, fue gracias a Li Xue que estuvo segura en su universidad? De lo contrario, con su actitud, hubiera sido acosada regularmente.

—Li Xue, tú... —Sintiéndose abiertamente atacada, Wen Sying estaba lista para enfrentarse a Li Xue, pero justo en el momento adecuado, alguien la retuvo.

—Sying, no intentes nada ahora. No solo hay invitados, sino también medios de comunicación. Un pequeño error de tu parte sería suficiente para que escriban una historia sobre ti que no sería agradable. Hoy es tu compromiso, sé tan elegante como puedas. En cuanto a Li Xue, no te preocupes, se ocuparán bien de ella más tarde —dijo Da-Xia, y al oír eso, Sying solo pudo contenerse poniéndose una sonrisa muy amigable en los labios.