—Mamá, ¿no estás cansada hoy? —Sentada en la encimera de la cocina, la pequeña preguntó parpadeando a su madre que estaba lavando las verduras a lo lejos.
Li Xue se volvió para sonreírle a su hija antes de negar con la cabeza —No, cariño. Hoy Mamá no tuvo trabajos especiales que hacer así que no está cansada. No te preocupes, todavía puede cocinar para ti —dijo, sabiendo bien de la preocupación de su pequeña.
—Pero Mamá, tienes tanto trabajo todos los días. Ya que hoy no estás cansada, podrías descansar para mañana. ¿Por qué todavía tienes que trabajar en la cocina? Te cansarás y al ver a Mamá cansada, a WeiWei no le gustará —Pequeña Li Wei dijo, frunciendo sus pequeñas cejas suaves preocupada.