Mientras tanto, Harlow rodó los ojos ante las palabras de Alexei. Quería que la conversación se centrara en su búsqueda del Príncipe del Hielo. Sin embargo, todavía no le habían dado ninguna información útil y esto la hacía sentir frustrada.
Como princesa, le enseñaron modales de corte, pero ahora estaba demasiado impaciente y decidió mover la mano para recuperar su atención.
—¿Es realmente posible herir a un dios? —Harlow no pudo evitar preguntar.
El Rey Alejandro y Alexei miraron en su dirección un poco sorprendidos por la pregunta. No era exactamente inquietante, pero al mismo tiempo, nadie esperaba que la princesa hiciera tal afirmación audaz.
—Herir, dolor… sí, por supuesto —Alexei se rió—. No estamos hechos de piedra, princesa. Así que no es tan sorprendente que podamos sentir dolor, dolor emocional, físico o incluso mental son todos posibles.
Harlow asintió lentamente. —Ya veo…