—Antes de que Harlow se diera cuenta, ella y Julián ya estaban viajando a través del páramo estéril en busca del portal que conducía al inframundo —él le dijo que era más fácil buscarlo a pie.
—De vez en cuando, Harlow miraba por encima del hombro y se preguntaba si aparecerían otros hombres e intentarían atacarla. Podría haber sido engañada por este Julián y resultar que era algún tipo de vagabundo, rey de los ladrones y no un aventurero.
—La princesa desconfiaba de las intenciones del hombre, incluso si habían acordado ser amigos.
—Después de todo, los amigos sabían cómo guardarse secretos el uno al otro.
—¿Qué escondía este Julián sobre sí mismo? Pues bien, Harlow iba a sacárselo —comparado con cualquier otra persona que estaba más que dispuesta a hablar y compartir sus experiencias, Julián guardaba silencio.
—Era algo a lo que Harlow no estaba acostumbrada —cuando fue al Monte Tempestad, sabía que la Bruja Blanca vivía allí y también había escuchado la historia de su madre.