Harlow comenzó a ver la posada donde se alojaba y eso la hizo sentir muy aliviada. Ella aceleró el paso con sus piernas.
—¡Solo un poco más! —Harlow jadeó fuerte mientras observaba el edificio.
Había transeúntes que podrían ayudar a la princesa, pero una vez que vieron a la multitud de gente persiguiéndola, decidieron mantenerse al margen del problema.
—¡Casi llego! —murmuró Harlow entre dientes.
Sin embargo, antes de que se diera cuenta, alguien lanzó una bola de fuego e incendió toda la calle. Sus ojos se agrandaron y giró a la izquierda, adentrándose en un callejón.
—Maldición. —Harlow se maldecía para sí misma mientras miraba a su alrededor.
No había cajas ni siquiera apoyos donde impulsarse. Las paredes eran demasiado lisas, todo estaba demasiado alto. De repente, fue acorralada y emboscada por estas personas que la perseguían.