—No conozco a nadie que sea más poderoso que él —respondió Harlow con un puchero.
—¡Lo sabía! Por eso necesitarás mi ayuda. Jejeje... Conozco el método para romper el juramento que ató a tu madre y a Rafael —Julián sonrió con suficiencia.
Harlow se mordió el labio. El hombre frente a ella parecía tan seguro de sí mismo y aparentaba saber lo que estaba haciendo. Y su confianza se contagió a ella. Si podía romper el juramento, con la ayuda de Julián... bueno, Harlow estaba más que dispuesta a hacer justamente eso.
Si podía ayudar a Julián a encontrar un camino a casa, entonces eso sería un hermoso extra para la princesa.
—Bien… ¿te unes o te rajas? —Julián sonrió y le extendió la mano—. ¿Qué me dices, princesa? ¿Estás lista para más peligro o prefieres simplemente hablar con este Rey Demonio con la cabeza inclinada?
—Me apunto —Harlow tomó su mano—. Trabajaré contigo.