Rowena causa estragos

Las rodillas de Rowena rozaron la entrepierna de Rafael y terminó tragando saliva al sentir su masculinidad. —Rafael...?

—¿Qué ocurre, Rowena? —Rafael miró hacia abajo a su esposa.

—Eh... ¿creciste? —Rowena mantuvo los ojos cerrados—. Estoy... un poco preocupada porque ahora que tienes diferente... eh... ¿apariencia?

Rafael parpadeó. Estaban tan cerca de hacerlo, pero ella aún tenía sus reservas. Se aclaró la garganta. —No creo que eso haya pasado.

—¿Estás seguro? —Rowena se lamió los labios nerviosamente. Quería verlo solo para estar segura y protegida. Había muchos cambios en el cuerpo de Rafael que necesitaba comprobar si podía acomodar.

—Sí. —Rafael chasqueó la lengua al sentirse un poco impaciente.

Rowena decidió echar un vistazo y el ambiente entero de repente desapareció cuando vio su cuerpo demoníaco. Era demasiado aterrador y temía que se rompiera si lo hacían.

Terminó negando con la cabeza. —Rafael... Yo-Yo... No puedo hacerlo.