¿Té?

—Ehm... ¿puedes enseñarme a lavar los platos correctamente? —preguntó ella—. Lo haré porque tú ya cocinaste, pero me preocupa hacerlo mal. Así que, por favor, enséñame cómo hacerlo.

—¿Eh? —Julián la miró desconcertado—. ¿Qué hay que enseñar? Simplemente los lavas con agua. Está afuera. Mantengo un cubo de agua para eso.

—Ah, ¿simplemente los enjuagas con agua y eso es suficiente? —Rowena preguntó de nuevo.

Estaba aliviada. Era mucho más fácil de lo que esperaba.

—Sí... justo como cuando te bañas. Te enjuagas el cuerpo con agua y eso es todo —explicó Julián—. Piensa en lavar platos como darles un baño.

Julián frunció el ceño cuando vio la mirada confundida de Rowena. Se masajeó la cabeza. Parecía que esta chica era peor de lo que esperaba.

¿No sabía cómo lavar platos y no entendía que un baño era simple?

Rowena parpadeó cuando escuchó la explicación de Julián. Para ella, no había nada simple en tomar un baño. Tenía al menos dos criadas que la ayudaban a hacerlo.