Cruzando El Mar

Mientras viajaban a través del mar, Rowena pasaba la mayoría de sus días sobre la cubierta. Julián resultó ser un poco mareado, pero hizo todo lo posible para sobrellevarlo. Durante un día mucho más soleado, Rowena miró hacia el cielo.

Numerosas gaviotas y otras aves despegaron y ocuparon su lugar en el aire.

Era una vista tan hermosa que hizo que Rowena suspirara suavemente. —Son tan hermosas, ¿verdad?

—Uck. Sí. —Julián se tapó la boca y se tambaleó ligeramente en el barco—. Estoy un poco enfermo. ¿Puedo hacerlo sobre el mar? Tenemos cosas de las que hablar debajo de la cubierta, pero te dejaré disfrutar del aire un poco.

—Estabas tan preocupado por los monstruos marinos al principio, pero parece que todo lo que necesitas para vomitar es solo una pequeña ola. —Rowena rió mientras observaba al chico mucho mayor.

—Diré lo siento a los peces, pero no puedo soportarlo más