Algunos de los Seres del Mar tenían colas hermosas que eran iridiscentes y no se podía precisar el color mientras centelleaban dentro de la cueva, las colas de otros se parecían más a la de un tiburón, como Rowena había leído antes.
Estos eran los legendarios seres del mar de los que la gente de su mundo había estado hablando y, sin embargo, Rowena no podía perder ni un solo momento. Inmediatamente tiró del collar mágico de concha marina y lo sostuvo hacia adelante.
—Estoy aquí para tratar con los de tu especie. Vengo a devolver el collar que pertenecía a uno de los suyos y que fue robado por un humano en el pasado —dijo con firmeza.
Algunas de las sirenas fruncieron el ceño al principio, sorprendidas por su apariencia. Otros estaban más conmocionados por su belleza y, sin embargo, cuando Rowena mencionó el collar y el trato, la atmósfera cambió.
Todos los Seres del Mar miraban a Rowena y luego echaban un vistazo al simple collar de concha que ella sostenía en su mano.