Rowena se quedó atónita al escuchar que Jadeith la llevaría a conocer a la familia que nunca supo que tenía. La idea de que había otras personas además de Rey Draco y ella le pareció una maravillosa idea que ni siquiera había imaginado antes.
Sin embargo, Rowena miró alrededor en el palacio y recordó a Julián. Eso la hizo recordar lo que era importante. No había tiempo para alegres reencuentros si ni siquiera podía ayudar a su mejor amigo.
Rowena sonrió y bajó la cabeza respetuosamente. —Agradezco que hayas venido hasta aquí, tío y sé que también debería rendir homenaje a mis parientes... pero actualmente tengo una obligación con mi amigo, Julián.
—¿Julián? —Rowena cerró los ojos y asintió—. Sí, mi amigo se puso en peligro y se quedó dormido por mis errores, necesito ayudar a mi amigo.