Rowena está visitando a Julián

Nota:

Cielos... Gracias, querida Kelly Goodwin, por regalar un castillo a El Príncipe Maldito hoy. Eres tan amable. xx

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Rowena no sabía qué sentiría Rafael al simplemente cerrarle la puerta en la cara, tal vez se enojaría con ella. Deseaba que lo hiciera, pero esperaba que él captara el mensaje.

Ya era suficiente, no necesitaba quedarse más tiempo. No había nada para él aquí. Ya lo había molestado lo suficiente. No quería seguir acumulando deudas con un hombre al que apenas conocía.

Rowena escuchó el sonido de pasos, esperando que Rafael se fuera primero, y no escuchó nada.

Su corazón latía fuerte mientras pasaban los segundos.

—No, él no se habría atrevido a quedarse ahí, ¿verdad? —Rowena se giró, alcanzó la perilla de la puerta y luego sacudió rápidamente la cabeza.

Aunque estaba tentada de abrir la puerta, disculparse por su comportamiento y pedirle que se quedara todo el tiempo que quisiera... no podía hacerlo. Había demasiado en juego.