Él te gobernará

—Reth, te dije que él vendría de vez en cuando. No a menudo. Es tan importante que nosotros

—Elia, los osos están durmiendo, pero no hay garantía de que uno no se despierte o-o que no lo huelan. ¡Él no puede seguir visitando mientras los osos permanezcan en nuestra tierra! ¡Te dije esto!

—No me gruñas, Reth. Él no vendrá de nuevo hasta el próximo año

—Él no volverá hasta que yo le diga que puede hacerlo —dijo el macho, desterrado, Elia. El hecho de que incluso esté considerando permitir

—¿Permitiendo?! ¿Permitiendo? ¿Ves como algún tipo de caridad que permitas que un macho inocente, que ha renunciado a todo para ayudarme, regrese a su hogar?!

—No es caridad, pero es una concesión, Elia. Debes ver eso.

—No tengo que ver nada, Reth —dijo ella, con la voz entrecortada y temblorosa, aunque su rostro era firme—. No sé qué es lo que pasa con Gahrye, pero es como si tuvieras este… este… celo que te ciega a todo lo demás