Hacerte Mía Para Siempre

Matthew se sintió renovado después de su liberación. Sofía lo satisfizo bien. Ambos limpiaron el desorden que habían hecho en su habitación. Matthew se disculpó por ello.

También se bañaron juntos en el baño. Cuando volvieron a la cama de ella, Matthew atrajo a Sofía, dejándola sentarse en su regazo mientras la abrazaba por detrás.

—¿Estás cansada? —Matthew le preguntó preocupado.

—No. Pero mis manos se sienten entumecidas —Sofía le dijo sinceramente.

Matthew se rió entre dientes, sintiéndose un poco culpable. —Lo siento por eso, mi Amor. Ven aquí. Deja que te de un masaje.

Sofía se bajó del regazo de Matthew y se sentó a su lado para que él pudiera masajearle las manos.

—Amor, ¿estabas molesta conmigo hace un rato? Realmente pensé que hice algo que no te gustó —Matthew comenzó a darle un masaje en la mano a Sofía.