UNA APUESTA PELIGROSA

La masa de vampiros, que habían estado acampando fuera del castillo de los transformadores dragón de tierra, observó cómo una chica, de unos trece o catorce años, entraba con confianza, toda calma y compuesta. Se llevaba a sí misma muy bien y el aura que la rodeaba exigía que la obedecieran, lo que era un poco perturbador, ya que ninguno de ellos podía sentir qué era esta joven chica. Parecía una mera humana.

Sin embargo, había algo en ella que se sentía muy oscuro y amenazante.

—He estado esperándote tanto tiempo, ¿qué te demoró tanto, Terra? —dijo Dimitri. Se veía complacido al observar a la chica acercándose hacia él.

La chica llamada Terra se giró para enfrentar a la multitud, mientras su capa morada se revoloteaba alrededor de su pequeño cuerpo.

—He traído una orden de Belcebú —dijo con calma.

—¿Cuál es? —los ojos de Dimitri brillaron de emoción, especialmente cuando notó la manera sutil en que Terra miró al castillo detrás de ellos.