OCURRIÓ UN MILAGRO

—El dolor era tan intenso que Calleb dejó de correr y se congeló en su lugar —pensó—. Su respiración se volvió entrecortada y sintió que el aire a su alrededor se hacía más denso y difícil de inspirar, dificultándole la respiración.

—Su cuerpo temblaba y sus ojos se enrojecieron en un instante.

—Todos los sonidos a su alrededor eran muy perturbadores, solo gruñidos y rugidos sin sentido.

—Calleb sintió que el suelo debajo de sus pies desaparecía mientras ya no podía sentir sus propias piernas. Era como si alguien le hubiera succionado el alma por completo y él fuera solo un ser sin alma.

—Todo se volvió sin sentido, incluso él mismo y su existencia en este reino, solo ese sentimiento ya era muy torturador.

—Sin embargo, no era solo Calleb quien sentía esa agonía, Ethan también la estaba experimentando junto a él. De hecho, era la tercera vez para este último.

—Sintió cómo el vínculo que compartía con su única hermana estaba siendo cortado. Aplastado al instante.