Calleb parecía incapaz de soportar el dolor que estaba sintiendo ahora e intentaba canalizar estas profundas emociones de frustración, ira, depresión y tristeza hacia algo.
Algo que significaba pura destrucción.
Algo que significaba daño. Un daño severo, que pudiera mostrar al mundo que estaba herido y que estaba sufriendo.
Para que este daño pudiera reflejar cómo se sentía ahora. Sin embargo, lo extraño era que, al mismo tiempo, Calleb se sentía entumecido. Era como si, no importara lo que hiciera, no pudiera sentir nada excepto este incómodo dolor.
Se sentía como si estuviera flotando en un mar que era muy tranquilo, pero también aterrador, porque no sabía cuán profundo era o qué había en su fondo.
El océano era tan misterioso, pero él tenía demasiado miedo como para siquiera moverse. Miedo de agravar aún más el monstruo dentro de él y causar una destrucción aún más terrible.
Incluso podría destruirse a sí mismo, era solo que Calleb sentía como si lo necesitara.