DESHAZTE DE ESTO

—Calleb, háblame... regresa... te extraño... extraño a mi hermano mayor —susurró Raine suavemente al oído de la bestia, mientras las lágrimas rodaban por su fino pelaje marrón.

Sus pequeños hombros se sacudían y su cuerpo se aferraba tan fuertemente a la bestia que parecía un bebé koala abrazándose a su madre.

—Calleb, te extraño... regresa —Raine aferró a Calleb con tanta fuerza como si no fuera a soltarlo hasta que lo recuperara.

Por otro lado, el gruñido de la bestia se convirtió en un gemido lleno de dolor antes de finalmente cambiar a un leve sollozo mientras comenzaba a bajar la cabeza y cerrar los ojos.

La bestia parecía haberse rendido en su lucha por liberarse del apretado abrazo del ángel guardián, porque no podía escapar de ella, así que dejó que Raine se aferrara a él, o tal vez era al revés... él era quien se aferraba a ella...

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