LO SIENTO... (2)

Era infernal cuando te dabas cuenta de que lo más precioso y la esencia de tu vida te estaban arrancando justo frente a tus ojos.

—¡PARA! ¡PARA! ¡PARA!

Jedrek sentía que sus pulmones estallarían de dolor al ver cómo su pequeña compañera, la bebé Lila, no era consciente de los peligros que venían a por ella, mientras estiraba sus bracitos, pidiendo ser cargada por la persona frente a ella.

La bebé era demasiado joven para entender que esa persona había venido a quitarle su preciosa vida.

Mientras tanto, Maximus se mantenía recto como una vara, con un temperamento distante, observando cómo la bebé Lila le sonreía tan bonita como una flor recién florecida. Sus deditos se rizaban en pequeños puños cuando alzaba las manos.

La recién nacida se veía muy delicada y olía divinamente.

Sin embargo, toda la pureza que Maximus presenciaba no podía hacer vacilar sus siniestras intenciones, ya que la orden que su rey le había dado era lo único en su mente y la cumplía gustoso.