La vacuidad y la soledad o el vacío que Calleb sintió al perder a su compañera nunca se llenaron. Siempre sintió que ya no era una persona completa.
Y a pesar de las travesuras o sonrisas que mostraba al mundo, Raine podía ver la tristeza detrás de toda su fachada. Después de todo, ambos eran muy cercanos.
Si no fuera por Raine y por el hecho de que Calleb aún no había marcado a Rossie, había una alta posibilidad de que se hubiera vuelto salvaje de verdad y si quedaba en ese estado, especialmente cuando la guerra estaba sucediendo, habría sido muy difícil devolverlo a su estado real.
Sin embargo, el daño era evidente. El daño al perder a una alma gemela era algo que no podían tomar a la ligera...
Justo como esta mañana sombría, cuando el cielo estaba cubierto con nubes oscuras, indicando que la lluvia estaba a punto de caer sobre la tierra, Raine encontró a Calleb, mirando fijamente a la distancia, a los árboles junto a la casa de la manada a través de la ventana.