KAYDEN (4)

—Parece que este lugar está a punto de cerrar —dijo Tiana con voz baja al ver un edificio frente a ella.

—No te preocupes, nos cocinarán algo bueno —dijo Kayden. Se veía más accesible y cálido de lo que había estado en los últimos días.

Ninguna de las sillas y mesas hacían juego entre sí, tampoco los narcisos en la botella de cerveza como decoraciones en el centro de la mesa.

En una pared el café estaba decorado con pizarrones garabateados con cientos de caligrafías de todos los colores y en la otra había marcos de fotos que no hacían juego en absoluto. Atrapasueños colgaban sobre la cabeza de Tiana y casi chocaba con ellos si no fuera por este hombre llamado Kayden que lo sostuvo para ella.

—¿Qué vamos a comer aquí? —preguntó Tiana con una voz ligeramente preocupada y curiosa. No podía decir si este lugar era un restaurante, ni un café para tomar una taza de café y algunos bocadillos, así que quería saber qué se vendía en este lugar 'único'.