—Porque ese es el único momento en que puedo abrazarte sin que me rechaces —respondió Selena con una sonrisa.
No una sonrisa falsa llena de engaño, sino una sonrisa real que podía hacer que te sintieras mucho mejor al verla. Una sonrisa que llegaba a los ojos de la chica y hacía que esos orbes azules fueran mucho más brillantes de lo habitual.
Esos ojos azules miraron directamente a los suyos e hicieron que Xander sintiera que ella estaba mirando directamente a su alma. Mientras la chica le daba calor y no una llama aterradora como la que había conocido hasta ahora.
—¡Taxi! —dijo Selena, interrumpiendo lo que Xander estaba pensando en ese momento.
Xander se giró y vio cómo se acercaba un taxi antes de detenerse justo a su lado. Luego abrió la puerta del coche para Selena y dejó que la chica entrara, antes de subirse él también.
Y después de que Selena dio la dirección al conductor del taxi, miró a Xander con sus ojos redondos.