Crisis En La Ciudad

Caos.

Ese era el estado que se había impuesto sobre la Capital aquel fatídico día.

La Ciudad estaba en llamas y ecos de angustia resonaban desde su interior. Los residentes huían por sus queridas vidas mientras la destrucción se esparcía a lo largo de ella, consumiendo todo rápidamente en su camino.

A medida que los edificios se derrumbaban, las vidas se extinguían en un instante.

Hombres, mujeres, niños; la devastación por doquier no discriminaba. Se llevó la vida y el futuro de todos ellos sin hacer excepciones.

Monstruos emergieron de la nada—como si aparecieran del aire mismo—para atacar a la Ciudad en una abrumadora horda. Derribaron todo lo que se interpuso en su camino, sin la inteligencia suficiente para organizar algún tipo de dirección.

Su único propósito era el caos, y lo desempeñaban bien.

Si solo hubieran sido Monstruos los que atacaron, quizás podría haber algún atisbo de esperanza para esta gente—estas indefensas personas de la Capital.

Pero... había más.