Emboscada de No-muertos

—¡Estruendo! —Para cuando escucharon el ruido, ya era demasiado tarde.

El grupo ya estaba rodeado por el enemigo, así como por un terrible pantano del mismo veneno que lentamente estaba matando a muchos de los miembros.

—¡E-esto es...! —A pesar de estar en la cúpula, ninguno de los Dragones más perceptivos podía negar todo lo que sentían, o todo lo que podían ver.

—¡Esto es malo!

************

El ejército de no-muertos de dragones se acercaba, una vista aterradora contra el cielo que oscurecía. Sus alas esqueléticas batían con un sonido ominoso y hueco, y sus cuencas vacías brillaban con una luz púrpura fantasmal. El cuerpo de cada dragón era una retorcida masa de huesos, algunos aún con desgarradores restos de carne y escamas.

La tierra temblaba a medida que se movían, sus macizas patas garrudas aplastando todo en su camino. Los árboles muertos se rompían como ramitas, y los escombros rotos se deshacían mientras incluso la tierra se agrietaba bajo su peso.