Tal como sospechaba Fae... la situación era grave.
En primer lugar, las medidas defensivas del Continente Oriental consistían en tres capas principales. La inicial y externa era una barrera masiva.
Interrumpía el Mana o el Miasma de cualquiera que entrara en su rango, provocando que las Habilidades y capacidades de Magia se distorsionaran. Sin embargo, no solo era el efecto mínimo en las criaturas invasoras, sino que casi parecía que no tenía efecto en absoluto.
Esto parecía imposible para todos los observadores, ya que cada criatura dependía del Mana o del Miasma para funcionar.
En segundo lugar, la capa intermedia de las medidas defensivas era una barrera de energía que bloqueaba al enemigo para que no avanzara más. Sin embargo, esto tampoco pudo detener su marcha. Su presencia interrumpía la función de la barrera, casi como si fueran personificaciones vivientes del efecto de la primera barrera.