—Esto debería ser útil para ti —dijo Elderish.
Atticus miró silenciosamente el núcleo que Elderish le había entregado, estrechando la mirada. Su mente corría. El núcleo irradiaba una cantidad abrumadora de poder, tan intensa que Atticus encontraba difícil comprenderla.
—¿Qu
—Es uno de los 19 núcleos —lo interrumpió Elderish antes de que pudiera preguntar.
Atticus se quedó congelado, con los ojos muy abiertos de la sorpresa. Estaba más allá de atónito. Hace apenas unos momentos, había estado planeando cómo adquirir cada uno de los 19 núcleos. Si su suposición era correcta y los vértices contenían los núcleos, entonces su misión se perfilaba como agotadora, llena de desafíos implacables.
¿Y ahora, aquí estaba, le estaban entregando uno de los núcleos, así como así? Atticus no lo aceptaba.
—¿Qué quieres? —preguntó.
—Bien. Estás aprendiendo —elogió Ozeroth, su anterior divagación sobre el futuro de repente se detuvo.
—Me alegra verte de vuelta a la realidad —comentó Atticus.