Todo

Mientras la profunda voz de Aric Stormrider resonaba, su intención de batalla se disparaba, una salvaje y primitiva energía que enviaba ondas expansivas a través del aire.

Su cabello se alargaba, fluyendo tras él en una cascada carmesí que parecía casi viva, retorciéndose con el mismo poder que lo impulsaba.

El suelo tembló mientras él alcanzaba el masivo espadón en su espalda. En el momento en que su agarre se endureció, el mundo pareció pausar.

Un silencio ensordecedor.

Él se movió.

Una ráfaga de rojo se lanzó hacia adelante, el suelo bajo él se rompió, explotando en una tormenta de escombros.

Su velocidad era inimaginable para su tamaño, su forma un borrón carmesí que atravesaba el aire como una bestia rabiosa.

Entró al sendero dorado que enlazaba los sectores entre sí, moviéndose a una velocidad imposible.

El viento aullaba en su estela, y en segundos, alcanzó los cielos sobre el Sector 10, una silueta negra oscureciendo el sol.