Contundente

Una chica de cabello morado con un rostro tan hermoso y perfecto como el de una diosa entrecerró los ojos mientras miraba hacia arriba sin fijarse en nada en particular.

—¿No irás a él?

Una voz femenina y delicada llegó a sus oídos, proveniente de la diminuta figura sentada cómodamente sobre su cabeza.

Zoey no respondió. Simplemente se quedó mirando, sus ojos pasando por una ola de diferentes emociones.

—No sé qué decirle —admitió después de un tiempo.

Acababa de sentir una presencia con una enorme cantidad de energía espiritual no muy lejos de su isla.

La energía espiritual era diferente del mana, y hasta donde ella sabía, todos con energía espiritual estaban en esta isla con ella, todos excepto uno.

Atticus.

—¿Qué hay de lo que planeabas decirle? —Lumindra añadió.

—Viste lo que pasó antes… —murmuró Zoey en voz baja.

Lumindra suspiró. —¿La parte en que te quedaste congelada?

Zoey negó con la cabeza. —Todavía lo sentí. Nada cambió.