Hecho

El bosque ya no era un bosque. Se había convertido en un páramo arrasado, un infierno esculpido por el fuego y el caos. Cenizas cubrían el suelo ennegrecido, árboles reducidos a nada más que tocones carbonizados. Grietas de lava rajaban la tierra, y el aire mismo brillaba bajo el calor opresivo.

Y en el centro de todo, dos monstruos chocaban. Draktharion y Viktor. Dragón y Demonio.

Ambas figuras estaban envueltas en infernos ardientes, sus movimientos eran manchas de movimiento, sus rugidos desgarraban el aire como truenos. Cada choque enviaba ondas de choque corriendo a través de la tierra arruinada. Fuego surgía de sus cuerpos, olas de calor convirtiendo todo en las cercanías en cenizas.