Las palabras de Ático llegaron como un ser divino sentenciando a muerte a sus súbditos. No había emoción en su voz. Ni enojo. Ni felicidad. Simplemente, palabras frías y directas.
—Carius Valarius. Drakthanion Ignisyth. Ambos son culpables de traición contra la Alianza. Conspiraron con la Orden Obsidiana… Trajeron a un coronel Zorvan al campamento militar de la academia… Y al hacerlo, acabaron con millones de vidas, destruyeron incontables futuros y paralizaron la misma esperanza sobre la cual se construyó esta alianza.
Sus palabras se expandieron por el mundo silencioso. Cada recluta, cada sargento, cada paragon observó en silencio.
Sus palabras enfriaron el aire. Congelaron las espinas de todos los que escucharon. Y hubo diferentes niveles de shock.
El aura de Ático se extendió, intensificando el peso sobre todos.
—Soy el General Atticus Ravenstein.