Hipócrita

—Júrame lealtad… —dijo—, …y te elevaré a la cima.

En el salón donde se sentaban todos los paragones de la humanidad, y donde un joven de diecinueve años lideraba la reunión, un silencio inquietante siguió a sus palabras.

Las implicancias eran demasiado profundas. Era como lanzar una bomba en el corazón de una ciudad y ver la devastación desarrollarse en completa quietud.

—…¿Jurar lealtad? —Zephyrion de la familia Nubulom finalmente rompió el silencio, su voz incierta.

—Sí —dijo Atticus sin vacilar.

Ante esa confirmación, las expresiones de casi todos los paragones se oscurecieron, excepto por Magnus, Oberón, Luminoso y Thorne.

Estos dos últimos ya habían firmado contratos de mana que los ataban a Atticus. Sus palabras no los habían sacudido, ya estaban en esta posición. Además, sabían que esto era inevitable.

No quedaba ninguna duda.

Atticus era el ser más poderoso en todo el dominio humano. Incluso si todos estuvieran juntos, derrotarlo era… poco probable.