La TormentadeHielo miró con sorpresa a Nick.
—¿No Avaricia?
Casi no podía creer lo que acababa de escuchar. Entonces, se volvió de nuevo hacia el Campeón. Su espada todavía estaba en sus manos, pero no había hecho ningún movimiento.
—¿Es esto una broma? —preguntó el Infierno con los ojos entrecerrados.
—No lo sé, ¿lo es? —preguntó Nick, girándose hacia él—. Tal vez tú eres Avaricia.
Naturmalmente, cuando la TormentadeHielo creyó que Nick esencialmente la mataría, había sufrido bastante. El dolor de ser inocente y ser ejecutada por crímenes que no cometió era inmenso. Traición, impotencia, amargura, odio. La habilidad de Nick había captado ese sufrimiento, y había sido bastante inmenso. No podía ser Avaricia.
—¿Me acusas a mí ahora? —preguntó el Infierno con los ojos entrecerrados.
—Tengo un 50% de probabilidades de acertar —dijo Nick—. Si el Campeón te corta la cabeza y sigues vivo, lo sabremos.