Nick no lo demostró, pero se sintió aliviado. Había apostado correctamente. Había estado apostando por la avaricia de los alienígenas, y la apuesta había dado frutos. Los alienígenas querían tanto Zephyx como fuera posible, y él estaba usando sus deseos a su favor.
—¿Qué quieres que haga? —preguntó Nick.
—Por ahora, nada —respondió el Avatar del Sol después de un momento—. Este ciclo avanza según lo esperado. No causes daño innecesario a la era, y no avances otro nivel. Lo único que tienes que hacer es esperar. Cuando comience el siguiente ciclo, te diremos qué hacer.
—Entonces desapareceré del mundo hasta que termine el ciclo. ¿Cómo sabré cuándo termina? —preguntó Nick.
—Te lo diremos con un siglo de anticipación —habló el Avatar del Sol.
Nick asintió. —Entonces, espero una colaboración provechosa.
—Esperamos que cumplas tus promesas —dijo el Avatar del Sol.